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Alejo García es Licenciado en Trabajo Social y junto con un grupo de cineastas y pedagogos coordina la Asociación Civil Cine en Movimiento, una experiencia audiovisual que busca la inclusión social de los sectores más vulnerados al derecho a la comunicación.
Florencia Alcaraz (Agencia CTyS) - El aplauso llega a los oídos de Jaqueline y se va a quedar ahí para siempre. Es la primera vez que esta chica de 17 años recibe, de esta manera, la felicitación de alguien. Hay otro que la reconoce y no solo eso, ese otro celebra su realización.
Jaqueline nunca fue al cine, ni al teatro, se crió con los usos y costumbres del barrio y el barro de Los Pinos, en La Matanza. El Gauchito Gil, la cumbia y los pasillos conformaban sus imágenes cotidianas. Nunca pensó que de sus visitas al Centro de día “casita La Paloma” para participar de algunos talleres iba a salir hecha una directora de cine. Jaqueline es la directora de “Negro y Blanco” una de las producciones de la Asociación Civil Cine en Movimiento, una organización que trabaja junto con niños, jóvenes y adultos de los sectores populares acercándoles los saberes del lenguaje audiovisual para que puedan construir su propio mensaje a través de la realización de cortometrajes.
En una de las presentaciones que la organización realizó en la Universidad de La Matanza (UNLaM) mostrando el material audiovisual que los chicos hacen, Jaqueline relató que ese aplauso fue el momento más lindo de todo el proceso vivido.
Cine en movimiento es una organización que trabaja desde el año 2002 con este horizonte: poder enseñar la herramienta audiovisual dejando capacidad instalada en grupos de personas provenientes de los sectores populares en la producción de sus propios videos. Es una de las tantas experiencias que dan la posibilitad de un canal de expresión para que actores históricamente excluidos del rol de emisores de los mensajes puedan relatar sus vivencias, sus sueños, luchas, dolores, preocupaciones y alegrías.
Alejo García es uno de los coordinadores de Cine en Movimiento y, además, es Licenciado en Trabajo Social y profesor de la cátedra Práctica I y de Trabajo Social IV (grupo y comunidad) en esta casa de Altos Estudios. En diálogo con la agencia CTyS cuenta la experiencia: “como organización generamos un espacio de taller, lo sostenemos durante cuatro meses, capacitamos a los que participan del taller en la herramienta audiovisual y trabajamos sobre qué quieren contar.”
Por los talleres de Cine en movimiento ya pasaron 1200 chicos, jóvenes y hombres y mujeres adultos de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires. La Matanza, Morón, Merlo, Florencio Varela, Quilmes, San Francisco Solano, Del Viso, José León Suarez, Liniers, Villa Lugano, Soldati, Ciudad Oculta son algunos de los barrios en los cuales la organización despliega su dispositivo de intervención. Además de algunas experiencias en el interior del país, en las provincias de Entre Ríos, Neuquén, Misiones y La Rioja.
Hasta el momento Cine en Movimiento ya articuló con casi 50 organizaciones de base. Generalmente se realiza un contacto con una organización social, comedor, centro de día, hogar de niños, etcétera; y a partir de allí esa Ong propicia y garantiza la presencia de los participantes, colaborando con el aspecto más territorial de la experiencia.
Los talleres se extienden durante un cuatrimestre en encuentros de dos horas por semana. La apuesta pedagógica elige la metodología de la Educación Popular, a través de distintas dinámicas lúdicas para que los participantes aprendan a utilizar la herramienta técnica, se organicen como colectivo de trabajo y elijan qué historia quieren contar. El cortometraje, producto final del taller, puede ser de género ficción, documental o animación.
El paso de Cine en Movimiento por el barrio implica mucho más que una capacitación. “La idea es siempre dejar una capacidad instalada”, afirma Alejo García.
La difusión y proyección del cortometraje es parte fundamental de todo el proceso. Además de participar de distintos Festivales de Cine nacionales y del exterior, los cortometrajes se han emitido en distintos canales de televisión abierta y de cable y se proyectaron en distintas universidades nacionales, escuelas, iglesias, sindicatos, organismos de derechos humanos y centros comunitarios.
Por otra parte, desde hace dos años, en algunos espacios de taller Cine en Movimiento se aborda la fotografía estenopeica, que consiste en que los chicos confeccionen sus propias cámaras fotográficas con elementos reciclables como cajas de zapatos o latas de comida. Con esas cámaras, recubiertas en el interior con un papel especial, los chicos toman fotografías del barrio que revelan en un “cuarto oscuro” armado por ellos mismos. Los trabajos luego se exponen en diferentes espacios. La propuesta de Cine en Movimiento no se limita a democratizar el saber facilitando y capacitando el uso de la herramienta técnica; sino que el horizonte de la agrupación es poder garantizar el pleno ejercicio del derecho a la comunicación, uno de los tantos derechos vulnerados para estos sectores sociales. Para la agrupación las clases populares tienen derecho a manejar el lenguaje audiovisual y las tecnologías como sujetos enunciadores y con conciencia crítica.