Estetización de la historia y del patrimonio

La tendencia creciente a la estetización de la historia y del patrimonio, se verifica en una mayor incidencia de las políticas instrumentadas por las secretarías de Turismo, Patrimonio y Cultura en la gestión de los barrios.

Las consecuencias de las políticas económicas de los 90 eran padecidas por amplios sectores de la sociedad: vulnerabilidad extrema, exclusión, marginalidad como consecuencia del ajuste económico. Dicho ajuste tiene lugar a partir de la extendida influencia circulación del capital financiero internacional, que reduce casi hasta su desaparición la participación del Estado en el bienestar y la inversión social. Desde esa lógica se precariza y flexibiliza el trabajo, se produce un achicamiento del estado y se reduce el gasto público. Estos factores traen como consecuencia el aumento de la concentración del ingreso, de la desocupación e inestabilidad laboral, la marginación y la pobreza.

De este modo, muchos lugares del conurbano y sur de la Ciudad de Buenos Aires, caracterizados durante décadas por las presencia de la actividad fabril, como La Boca y la Isla Maciel, asistieron a la desaparición de las mismas también como consecuencia del periodo neoliberal. Se convierten en las zonas en las más pobres del conurbano, con altas tasas de desocupación, subempleo o trabajadores en situaciones de precarización.

Sin embargo, bajo la lógica de un turismo que se inscribe dentro del marco de los nuevos ropajes para viejas prácticas sociales de apropiación, ciertos lugares se inscriben en un espacio de disputa económica, política, social y cultural en lo que respecta a su uso.

Específicamente, en lo que respecta a la cuenca Matanza-Riachuelo, la misma se ha visto afectada en el corredor La Boca-Isla Maciel. Estos territorios que han compartido el mismo origen y el mismo momento de auge en relación a la actividad industrial, hoy se muestran con realidades diferentes.