Empezó a nadar con seis años porque era asmática y el médico le aconsejó este deporte. Pese a este problema de salud, Amy Van Dyken se destacó con un gran potencial en las pruebas de velocidad. Los médicos consideran que el asma crónico le restaba hasta una tercera parte de su capacidad pulmonar. Pese a ello fue una de las mejores velocistas de los últimos años.